Como alternativa a la manera de producir habitual, surge la economía circular, un método económico de producción y consumo que pretende reducir las emisiones de CO2 y residuos mediante el planteamiento de nuevas estrategias de gestión de todo tipo de materiales (también energéticos y agua). 

Hasta ahora hemos aplicado un modelo de economía lineal donde, producimos, usamos y tiramos. Lo que propone la economía circular es acabar con ese modelo insostenible y poner en marcha una cadena de producción donde no haya desperdicios. 

Cada vez es más evidente el agotamiento de materias primas y recursos. La dependencia de terceros países para la importación y obtención de determinados materiales, como las denominadas tierras raras, ha llevado a la Unión Europea a crear en marzo de 2020 el Plan de Acción de Economía Circular. Este plan se enfoca en la prevención y gestión de residuos, persiguiendo el crecimiento, la competitividad y el liderazgo mundial de la UE en este campo. Todo esto en línea con el objetivo de neutralidad climática de la UE para 2050.

Algunos de los principios de la economía circular son: 

• Reducir la extracción de materias primas.
• Preservar los entornos naturales.
• Utilización de materiales sostenibles, de fácil reciclaje o reutilización.
• Alargar el uso de los productos, a través del diseño y la reparación.
• Eliminar la generación de residuos. 

Muchos son los ámbitos que se ven involucrados en la consecución del gran desafío de alcanzar un sistema de producción sin desperdicios, una reducción de emisiones de Co2 y una economía circular. La ingeniería es uno de ellos. Al tener un área de influencia tan amplia (desde la construcción de infraestructuras y edificios, hasta todo tipo de procesos productivos), la ingeniería es una herramienta imprescindible para hacer realidad los principios de la Economía Circular. 

¿Qué papel tiene la ingeniería en la economía circular? 

La ingeniería, por tanto, analiza y cuestiona todos los procesos y métodos que llevamos a cabo para buscar alternativas y diseñar con una visión periférica del conjunto y sus impactos ambientales. 

Es tarea de la ingeniería el crear proyectos innovadores en los que se mida cada detalle del ciclo de vida de un producto, buscando que este sea respetuoso con el medio ambiente desde la obtención de materias primas, el transporte, elaboración o tratamiento, consumo energético a lo largo de todo su ciclo vital y hasta su posterior reutilización o valorización después de su vida útil. Es todo un reto logístico y de investigación que necesita una visión holística del sistema completo de producción. 

El papel de la ingeniería es crucial ya que la construcción representa más del 35% del total de los residuos que se generan en la Unión Europea. Alcanzar muchos de los objetivos que plantea la Comisión Europea dentro del llamado Pacto Verde, además de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, dependen en gran medida de las decisiones tomadas por la ingeniería.

La ingeniería circular tiene en sus manos el poder de mantener el capital natural, preservar el agua, el aire, la biodiversidad etc. La lucha contra el cambio climático y la reducción de emisiones del Co2 también son objetivos claros de la ingeniería circular. La aplicación de medidas y cambios en los procesos de la vida cotidiana de las personas es importante, pero el poder aplicar medidas a nivel industrial supone una repercusión mucho mayor que es muy necesaria actualmente. 

La creatividad y la innovación de la ingeniería a nivel industrial supone grandes beneficios: gestiones más eficientes desde el punto energético y laboral, mejora de los procesos productivos, corrección de impactos ambientales, disminución en el uso de materias primas, valorización de recursos, simbiosis industrial etc.